Conducta prosocial: el papel de la cultura, la familia, la escuela y la personalidad
DOI:
https://doi.org/10.32870/rmip.vi.557Palabras clave:
conducta prosocial, desarrollo socioemocional, intervenciónResumen
En este artículo-comentario primero se enfatizan los puntos fuertes del ARTÍCULO OBJETIVO (Mestre, 2014), identificando los resultados más relevantes y sus aportaciones más significativas. Posteriormente, teniendo en cuenta las conclusiones del estudio de Mestre (2014), se realiza una reflexión acerca de los factores que determinan la conducta social. Para ello se revisan numerosas investigaciones que evidencian que el desarrollo de la conducta prosocial es un asunto complejo que depende de multitud de factores interrelacionados: biología, cultura, familia, escuela, rasgos de personalidad, entre otros. El análisis de las distintas influencias permite afirmar que la conducta prosocial está mediada o determinada por numerosos factores situacionales y de personalidad, no obstante, las conclusiones de los estudios que evalúan los efectos de programas de entrenamiento de la prosocialidad confirman la eficacia de las intervenciones dirigidas a potenciar este tipo de conducta. Finalmente, tal como se enfatiza en el artículoobjetivo, el segundo contexto más potente de educación es la escuela, y un bajo nivel de victimización ha resultado ser predictor de conducta prosocial. Por esta razón se identifican algunos programas de intervención que fomentan el desarrollo socioemocional (conducta prosocial, empatía, etcétera) e inhiben la conducta violenta.