Desarrollo prosocial: crianza y escuela

Autores/as

  • Vicenta Mestre Universitat de València

DOI:

https://doi.org/10.32870/rmip.vi.555

Palabras clave:

desarrollo prosocial, crianza, ajuste escolar, conducta prosocial

Resumen

Las conductas prosociales se definen como acciones que prioritariamente están orientadas a beneficiar a otras personas (Eisenberg, Fabes, & Spinrad, 2006). Compartir y dar recursos a los demás, confortar emocionalmente a otros, realizar actividades benéficas y ayudar ante las necesidades de otras personas son formas típicas de conductas prosociales y la mayoría de los padres en el mundo desean que sus hijos las realicen. De acuerdo con las teorías sobre la socialización (Bandura, 1986; Hoffman, 2002), los padres desempeñan un importante rol en la promoción y fomento de las conductas prosociales en sus hijos, niños y adolescentes. Estudiar las relaciones entre crianza y variables individuales (por ejemplo razonamiento moral prosocial, empatía, autocontrol) podría impulsar considerablemente nuestra comprensión del desarrollo prosocial (Carlo, Mestre, Samper, Tur, & Armenta, 2010a; Tur-Porcar, Mestre, Samper, & Malonda, 2012; Wahl & Metzner, 2012). La conducta prosocial y las variables cognitivas y emocionales relacionadas con dicha conducta facilitan la interacción y adaptación social. Recientes investigaciones sobre victimización en la escuela se han centrado en los procesos cognitivos y emocionales, tales como los mecanismos de control y reguladores de la conducta agresiva y la victimización entre iguales (Anderson & Hunter, 2012). Las estrategias para dirigir y solucionar los problemas, la empatía, las habilidades sociales, la inteligencia emocional y el autocontrol en la interacción con los iguales se consideran fortalezas o debilidades para una buena adaptación social y relaciones sociales adecuadas con los compañeros (Petrides, Frederickson, & Furnham, 2004). Investigaciones anteriores encontraron una relación negativa entre bullying y empatía, especialmente con su componente cognitivo (toma de perspectiva, capacidad para ponerse en el lugar del otro), comprender las emociones de otros parece inhibir la expresión de la conducta antisocial (Gini, Albiero, Benelli, & Altoé, 2007). La empatía puede también desempeñar una función importante en las experiencias de victimización porque una orientación empática hacia los demás proporciona calidad en las relaciones sociales y puede promover el ajuste social (Malti, Perren, & Buchmann, 2010; Kokkinos & Kipritsi, 2012).

Descargas

Publicado

2014-12-01

Cómo citar

Mestre, V. (2014). Desarrollo prosocial: crianza y escuela. Revista Mexicana De Investigación En Psicología, 114–134. https://doi.org/10.32870/rmip.vi.555